Los usuarios que más se benefician de ellas, aunque no los únicos, suelen ser los siguientes:
- Personas que tienen alguna neurodivergencia, como: discapacidad intelectual, parálisis cerebral, daño cerebral, discapacidad visual, dificultades de aprendizaje, esclerosis múltiple, ELA (esclerosis lateral amiotrófica), trastornos neuromusculares, o similar.
- Niños y niñas con autismo, o con otros trastornos del espectro autista (TEA).
- Infantes en las primeras fases de desarrollo.
- Personas mayores (la tercera edad).